jueves, 26 de febrero de 2009

ISLA DE SAN ANDRES

El archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, catalogado por las Naciones Unidas como Reserva Mundial de la Biosfera, se encuentra situada a 720 km del Noroeste de la Costa Colombiana.

Como en toda isla caribeña, el ambiente es informal y resulta divertido combinar actividades, empezando por aprovechar las mañanas en la playa. Los dos sectores mejores son Sprat Bight, enfrente del hotel El Isleño, que se prolonga en tramo libre de edificaciones hacia el Muelle de los Pescadores; y fuera de la zona urbana, Sound Bay, al sur de San Luis. Con todo, las playas de mejor calidad están en los Cayos.

Luego, cuando el sol calienta, es agradable ir por las tiendas, llevar los niños al Sunrise Park, ver alguna exposición en la Casa de la Cultura o en la Sala del Banco de la República u organizarse un paseo propio. Una buena idea es dar vuelta a la isla por la vía circunvalar, en moto o en auto alquilado (los de precio aceptable suelen ser un tanto "pichirilos", pero andan, si se los sabe conducir con paciencia); o aun en bicicleta, pero no olvide tomar precauciones contra el sol. Así tendrá oportunidad de conocer la espléndida gastronomía isleña en un restaurante típico en La Loma o en San Luis.

De paso por la Loma acérquese a la primera Iglesia Bautista, construida en l.847 con maderas traídas de Alabama y con un estilo muy sureño; es además un fantástico mirador. De allí puede bajar a San Luis por una de varias vías transversales. San Luis es un poblado costanero donde se asienta el grueso de la población nativa. (Es preferible no circular por entre las zonas de vivienda para no disturbar la intimidad de la gente local.) Pero puede usar la playa de Sound Bay. Y también, en el paso de la carretera, hay varios establecimientos amables que pertenecen a isleños (zona sin playa) y , ya en las afueras, otros de comida internacional que dan al mar (zona de varios condominios privados y el Club Decamerón).

De allí en adelante sigue un sector de costa rocosa y luego verá muy promocionado en la punta sur de la Isla, un curioso efecto de succión del agua de mar por entre una caverna submarina que lanza una especie de "géiser". Lo denominan el "Hoyo Soplador".

El regreso hacia el norte, del otro costado, cruza frente a mar abierto, más agitado y oscuro. Y sin playas, excepto el recinto interior de un par de ensenadas. La primera, muy profunda y en medio de un hermoso ambiente de fuerte vegetación, es "El Cove", donde están las instalaciones de la Armada Nacional.

El Cove es lugar de desembarco de los cruceros que tocan en la Isla. Adelante de El Cove hay una discoteca muy divertida (en las noches) y luego aparece la "Cueva de Morgan". Más allá están algunos pequeños hoteles familiares, Sarie Bay, y de nuevo, la ciudad. La vuelta motorizada a la isla, con paradas, es un programa para unas tres horas, o para todo el día si va en bicicleta.

Plan para otro día es la visita a los Cayos. Si tiene interés en la pesca, hay posibilidad de alejarse hasta Cayo Bolívar y Albuquerque, paraíso de pescadores (hay crucero en temporada, pero es probable que necesite contratar una lancha).

Si desea bucear, existen una escuela y un par de clubes donde puede obtener ayuda e información (Acuarium Dive Shop, Hotel Acuario). También hay cámara hiperbárica para controlar efectos de descompresión.

Si prefiere algo más colectivo, cercano y de precio moderado, hay dos opciones a diez minutos de lancha, en transporte individual o de grupo: Johnny Cay, totalmente al Norte frente a Sprat Bight, es un cayo pequeño con algunas instalaciones para bañistas con magnífica y amplia playa de arena blanca y un sector de barrera coralina interesante para el buceo profesional. Es posible observar barracudas y otras especies en cuevas formadas por el arrecife; si no tiene práctica escoja otro lugar, porque hay fuertes corrientes y corales cortantes.

Hay también otras zonas de buceo en otras partes de la isla. Heynes Cay y el Acuario son la otra opción. Están al este de la ciudad y son un Cayo similar al anterior, más un lido de arena blanca, de una belleza irrepetible; hay una amplia zona para observar peces de colores, fácil para buceo de niños y aprendices.

En la noche hay a veces espectáculos folclóricos en la Casa de la Cultura. También hay discotecas animadas y un par de Casinos, con los cuales combinar un buen programa de cena.

Advertencia: Aparte del impuesto de entrada, el Puerto Libre cobra un impuesto del 15% sobre facturas de compra de las mercancías, que se cancela en el Aeropuerto, a la salida. Existe un cupo autorizado para las compras de cada viajero, cupo que se reajusta de tiempo en tiempo.

HISTORIA

En el año de 1510 España toma posesión de las islas, en 1538 pertenecen y forman parte de la audiencia de Panamá, en 1544 hacen parte de la capitanía de Guatemala y Nicaragua, en el año de 1563 pertenecen a la provincia de Panamá; a partir de esta época y hasta principios del siglo XIX (1803) las islas son tomadas por ingleses y holandeses para finalmente ser recuperadas por España.

En 1821 Francisco de Paula Santander defiende la soberanía de Colombia sobre San Andrés y Providencia. El 23 de junio de 1822 se izó por primer vez la bandera Colombiana en el Fuerte de La Libertad y se declaró públicamente la adquisición de las islas a la República de Colombia.

Al embrujo del paisaje, de sus playas de fina arena blanca y sus aguas cristalinas se suma la cordialidad de sus habitantes, producto de una mezcla centenaria de inmigrantes de diversa procedencia: Puritanos ingleses, colonos holandeses, españoles, esclavos, piratas y árabes (estos llegaron a partir de 1853, cuando se declaró puerto libre).

Aunque Colombia tiene varias docenas en ambos océanos, cuando aquí se habla de "las Islas", suele tratarse de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.Aparte de detentar superlativamente la proverbial belleza de las caribeñas, fueron escenario del más extenso "libro de aventuras" imaginable. Están situadas al Noroeste, muy lejos de la geografía nacional (a más de 800 Kms. de Urabá), frente a las costas de Nicaragua.

Se trata de islas muy distintas entre si. San Andrés es baja y bien protegida, aunque tiene un pintoresco sector elevado - La Loma -, donde se asienta la comunidad más raizal. Es de origen coralino y está rodeada por una barrera de arrecifes, blanquísimos cayos y un mar de incomparables colores. Bulliciosa y muy animada, recargada de tiendas y almacenes, no dispone de amplias fuentes de agua dulce ( el consumo humano depende en buena parte de plantas desalinadoras). Tiene una extensión de 26 Kms. cuadrados, casi totalmente cubierta por cocoteros; y una longitud ( en forma de caballo de mar) de 12,5 kilómetros. Su vida económica está en el turismo y el comercio, los servicios relacionados con éstos y la burocracia. La belleza natural contrasta con la arquitectura reciente, de pésima calidad promedio, y con un urbanismo desordenado y carente de gracia.

En cambio, la Vieja Providencia - que por cierto aparece hoy en segundo plano cuando históricamente fue el centro del Archipiélago -, es una isla un poco más pequeña, de origen volcánico, muy montañosa y con fuentes naturales de agua, por lo cual tiene vocación agrícola y ganadera. Antiguamente fue famosa por la calidad de su fibra de algodón y por el cultivo de cítricos. Sus habitantes son una rara mezcla de marinos- montañeses, poco interesados en el comercio o en el turismo masivo: desean preservar un hábitat apacible y provinciano, como hasta hoy. La población misma esta muy desconcentrada en pequeños poblados y diseminada por toda la isla. Providencia está separada de Santa Catalina apenas por un estrecho canal. Cuenta con playas no muy grandes y un gran arrecife que segmenta una zona de mar de extraordinaria transparencia, muy apetecido para el buceo.

Los nombres y las tradiciones principales en ambas islas provienen del inglés antillano, que es la lengua de sus habitantes, más emparentados con Jamaica o Islas Caimán que con el continente. Pero no siempre fue así. Las Islas fueron españolas desde los albores del siglo XVI, y pronto sufrieron abandonos y ocupaciones sucesivas: varias veces las tomaron súbditos ingleses, formalmente a nombre de la Corona o como base clandestina para las actividades corsarias. Francis Drake, por ejemplo, merodeó por la zona en el siglo XVI. Un siglo más tarde, Henry Morgan y Edward Mansfield (o Mansveldt) tomaron brevemente las islas en l.660, y luego el segundo de nuevo en l.670, por un período mayor, durante el cual atacó a Panamá y saqueó a Santa Marta. De esa fase quedan varios vestigios militares y fértiles leyendas, muchas de poco crédito.

La Vieja Providencia había sido antes escenario de otra interesante y poco conocida historia, cuando un grupo de nobles puritanos, opositores del régimen absolutista de Carlos I de Inglaterra (el Conde de Warwick, el vizconde Saye y Sele, Lord Brook, John Pym, entre otros), se ocuparon durante los once años del cierre del Parlamento Largo, de fundar y administrar una "Compañía de Aventureros de Providencia" que sentó reales en la Isla en l.631, apenas diez años después del desembarco de los peregrinos del "Mayflower" y de la fundación de la colonia de Massachusetts.

Esta Compañía, junto con las de Virginia y Saybrook, fueron la base de la estrategia inglesa en América y el germen que resucitó la vieja piratería isabelina contra España, en apoyo a los planes de Cromwell. ( El propio Cronwell hizo parte del grupo gestor de la Compañía). Providencia fue por un tiempo, pues, la clave inglesa en las Indias Occidentales, con San Cristopher y Barbados, y aun antes que Jamaica. Entonces llegaron junto a tres centenares de colonos ingleses los primeros esclavos, para sembrar algodón. La experiencia duró apenas una década, puesto que los españoles retomaron Catalina - después de un intento fallido- en l.641, con una flota expedicionaria despachada desde Cartagena.

Los cambios de dominio no se dieron siempre al mismo tiempo, dado que las islas tuvieron historias separadas en diversas épocas. Al menos una vez fueron holandeses los intrusos. En l.789 la Corona española recuperó por última vez el archipiélago y dejó allí como Gobernador a Thomas O'Neille ( su nombre irlandés confunde aun hoy a mucha gente acerca de este período, que se recuerda como de gran estabilidad y progreso.) España concedió no obstante tierras al inglés Francis Archibold para mantener una plantación de algodón en Providencia, en función de la cual hubo una última importación de esclavos, origen de gran parte de la población actual.

Ya por el tiempo de la Independencia, las islas cayeron bajo el mando del aventurero francés Louis Aury, quien pretendía anexarlas -vaya usted a saber cómo- a la nuevas Repúblicas de Buenos Aires y Chile. Aury adhirió finalmente a la causa de Bolívar y a la Constitución de Cúcuta. ( Este hecho y otro ya referido - en el sentido de que Panamá y la costa Mosquitia centroamericana, más las islas, fueron puestos por la Corona bajo dependencia del Virreinato de Santa Fé en Noviembre de l.803 -, son la razón de que Colombia siga siendo dueña legítima de las islas, aunque la parte continental de Centroamérica haya tomado después otros rumbos.)

El Archipiélago tuvo una vida muy olvidada y remota durante los primeros ciento cuarenta años de la República. La autonomía que de allí derivó se tradujo en un afianzamiento de la identidad cultural y religiosa, muy ajena al continente. Un logro especialmente meritorio es el grado de educación que alcanzó la comunidad isleña, totalmente alfabeta desde el siglo pasado. Y una ventaja hacia el futuro: haber mantenido estrechos nexos con las demás islas del Caribe angloparlante y con Panamá. Hoy en día el Archipiélago está bajo el mando de un Gobernador de elección popular y goza de un estatuto especial, con ventajas de Puerto Libre en San Andrés - la isla principal -, sistema que desde los años cincuenta se implantó como estrategia para activar las relaciones con el continente.

Ello provocó una fuerte inmigración de gentes para atender funciones comerciales y toda suerte de oficios - desde albañiles hasta dependientes de bancos -, lo cual ha venido creando alguna tensión con los antiguos nativos, que ya han quedado en minoría y tienden a la marginalidad. El crecimiento desmedido de la población generó también mucha presión sobre el espacio urbano en West End (poblado principal de San Andrés), que presenta un panorama de desorden, escaso planeamiento, insuficiencia de ciertos servicios y alta congestión vehicular. Las medidas de apertura económica le han hecho perder competitividad al Puerto Libre, por lo cual se espera que el futuro de las islas vuelva a valorizar más su belleza natural, en favor del turismo recreativo, en lugar del interés por las compras. Entre tanto, el Gobierno está aplicando desestímulos a la inmigración, entre ellos el cobro de un impuesto de entrada a las islas.

DATOS GENERALES

San Andres
Altura (msnm): 2 Metros
Extensión: 26 Kms 2
Temperatura: 28 grados centigrados
Economía: Pesca, Turismo.
Indicativo telefónico: 8 (098)
Como se llega: Vía aérea o marítima.
Distancias y tiempos a Bogotá: Terrestre: No hay / Aéreo: 2 horas

ATRACTIVOS

ARQUITECTÓNICO

LA LOMA: Un barrio habitado casi en su totalidad por nativos de la isla y uno de los sitios donde mejor se aprecia la arquitectura isleña tradicional.

RELIGIOSOS

IGLESIA BAUTISTA EMMANUEL: Este templo fue levantado por iniciativa del reverendo Beckeman Livington, quien era pastor de Mission Hiil, él impuso a sus fieles como penitencia traer desde Nicaragua madera. La más antigua de América, fundada en 1847 con pino procedente de Alabama. Posee una torre cuya luz visible desde Altamar sirve de guía a los capitanes de Goletas. Se encuentra ubicada en la parte más alta de la isla (barrio La Loma).

NATURALES

JOHNNY CAY O ISLOTE SUCRE: Es el islote más cercano a San Andrés, desde el punto de vista turístico ubicado a 1 km y medio con una superficie de unas 5 hectáreas; encierran buen número de cocoteros y una vegetación característica de la región que embellece el paraje, le proporciona un sombrío muy agradable y hace atractivo el baño en la playas de arena blanca con mucho color rojo y aguas transparentes.

EL ACUARIO O ROSE CAY: Doña Margoth Daza en algún paseo al cayo Córdoba, se dio cuenta de la cantidad y variedad de peces que rodeaban el bajo llamado "Rose Cay" y solicitó que en adelante ese sitio se llamara el Acuario por ser un verdadero acuario Natural y de gran riqueza que debía interesar a turistas y estudiosos.

EL HOYO SOPLADOR: Consiste en un túnel abierto por la lengua de las olas en varios siglos y sin ningún descanso, hasta lograr más de 30m. de longitud y una chimenea por donde el empuje de las olas arroja chorros de agua altísimos y espectaculares.

EL CLIFF O PEÑÓN: Esta formación caliza enmarca el aeropuerto. Es un paredón rocoso de unos 30 m. de alto sobre el nivel del aeropuerto, taladrado en todo sentido por túneles, lumbreras verticales y profundas hendijas.

LA CUEVA DE MORGAN: Es uno de los sitios más ricos en caliza, el agua abusando de su poder disolvente va desgastando la roca con grietas y huecos que van creciendo hasta formar cavidades subterráneas que se llenan de estalactitas en la parte alta y estalagmitas en el piso. La parte superior de estas cavernas es tan delgada que se hunde y queda visible un charco de agua entre los escombros, agua que proviene del mar y conserva el nivel de este.

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